Bienvenido al Infierno - Sereg Luin

Las llamas recorren mi rostro
Que se descascara como un árbol muerto
Mis ojos explotan y salpican
Todas las barbaridades que he visto
Mis oídos derraman sangre
Y gritos de abominación
Mi cabello arde como incienso
Matando el aroma de mi oscuro pasado
El piso hierve y mis pies se hacen cera
Se ennegrecen mis uñas y se recogen mis dedos
Mi estomago se abre y expulsa lombrices
Mis labios se humedecen mientras vomito mi vida
En mi mano sostengo mis dientes
La lengua me llega a las rodillas
Mi sexo se abre y florece y luego muere
A cada segundo, una y otra vez
Luego el manto negro cubre mi espalda
Sus alas me atrapan y disipan el fuego
Me toca el rostro y sana mis ojos
Los suyos rojos sonríen complicemente
Recoge las lombrices y las mete en mi boca
Me cubre de su aliento y reconstruye mi cuerpo
Me sirve un trago de vino en un cáliz de madera
Desnuda una mujer ante mis ojos
Le murmura cosas al oído y habla solo con mirar
“Has entrado al infierno, lugar de condenas y suplicios
Por favor disfruta de este momento
Mañana volveremos a empezar”

Tiempo

Siempre creemos que tendremos más tiempo, hasta que de pronto se nos acaba.

Dentro de toda la voragine de mi día, dentro de los multiples compromisos y responsabilidades que he adquirido, dentro de las idas y venidas de rutinas largas y dolorosas, sigo estando yo.

Hay veces en las que me sorprendo y me encuentro dentro de mi, son algunas pequeñas pausas entre el correr y el estres de mi vida. No me mal entiendan, me gusta todo lo que hago, trabajo donde quiero hacerlo, estudio y doy clases, pero hay veces en que la carga se vuelve pesada.  Salgo de mi casa antes que el sol aparezca y regreso cuando ya se ha ido, momento en que quisiera derretirme sobre mi cama y cerrar los ojos por un mes. Pero no puedo, ni tampoco quiero. Llego a mi casa deseando que mis hijos esten despiertos y aprovecharlos hasta el dormir, cuando uno es padre todo se olvida, es como ser dos personas a la vez, la que somos realmente y la que nuestros hijos ven. El cansancio se ignora, las sonrisas aparecen, las miradas complices con la mujer amada.

De pronto los pequeños se entregan a su mini morfeo, y la persona que soy aparece un momento, como un destello de luz. Me doy cuenta y respiro profundo. Aun quedan cosas por hacer: lavar, ordenar, limpiar, etc. La verdad es que tan solo quiero sumergirme en los brazos de la mujer amada y brazear por su cuerpo hasta el amanecer, hay veces en que así es... otras veces me rindo a la exigencia.

El día sábado me arranco una hora o dos. Me gusta andar en moto, recorrer la ciudad, pasear, pensar y volver. Practico el ocio en la medida que puedo, leo, veo alguna peliculas, juego... me gusta jugar con mis hijos, cocino algo rico, etc. Se hace corto... y se comparte con algunas otras obligaciones.

Me gusta mi vida... aunque como dije hay veces en que me rindo a la exigencia, pero también hay veces en las que me encuentro y me siento tranquilo de sentir que el tiempo no ha pasado en vano y aun queda algo hasta que se acabe.

Hola

Nosotros escogemos la manera de ver la vida.

Hace un par de noches atrás, abrí la cortina de mi habitación para contemplar el paisaje, suelo hacerlo antes de irme a dormir, saludar al mundo y aprovechar la vista unos minutos desd mi departamento. Fue ahí cuando me detuve en la luna, estaba hermosa, en su forma menguante acunando sueños e ilusiones, inspiradora, humilde e imponente a la vez, solitaria... siempre he creído que la luna es solitaria, pero no esa noche, a su lado brillaba una estrella, con gran resplandor, cual venus domina el cielo, esta estrella acompañaba a la luna en su ronda, esforzandose para no desteñir y a su vez dejándose consentir por una luna que la invitaba a su lecho.
Me quede hipnotizado, durante varios segundos no pude quitar la vista, mi mente divagó dejandose llevar por pensamientos aventurados. 'hoy la luna no se siente tan sola' pensé, 'es una noche para musulmanes' -divagué -.
Invité a mi pareja a contemplar la postal natural que nos regalaba el ultimos suspiro del día, la llamo dos vences instándola a que se tome un momento y deje de hacer lo que esta haciendo.
- "mmm... sí, está linda" - me dice y da media vuelta para continuar con lo suyo.
- "creo que no todos piensan como yo" - pensé -. Guardaré este momento para mi... y así fue.

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