Sereg Luin: Santiago en 100 palabras

Adrían y Yo (Primer Lugar)

Con Adrían vivimos en el centro. Me hacer reir mucho. Está convencidisimo de que es un asesino en serie. "Soy un roba almas", dice mientras nada inquieto de un lado a otro en la pecera que le compré. Últimamente está muy callado. Intenté hacerle cariño, pero inmediatamente comenzó a dar saltitos acrobáticos queriendo morderme algún dedo. Se cree piraña. Un domingo lo vi devastado, asi que disolvi 1/4 de fluoxetina en su agua y me tomé otra pastilla yo. Estuvimos toda la tarde mirando fijo por la ventana, tarareando canciones en inglés. Es que a veces nos sentimos solos.

Paloma Amaya, 25 Años, La Reina

Los Albañiles (Segundo Lugar)

Se mira las manos sucias y partidas antes de caminar hasta la baranda del andamio. Está en la punta del edificio. Durante un rato observa la ciudad abrazada por la nuve de esmog. Luego ve emerger las siluetas de las construcciones aledañas. Y al cabo de un momento, desde la cumbre de una de ellas, observa un destello de la luz del sol rebotando en un pequeño espejo que sostien un hombre en su mano. Es la señal convenida.

Renard Betancourt, 57 años, Ñuñoa

Tarde al Circo

Un payaso harapiento caminaba por la berma en el sentido contrario de la autopista. En su mano llevaba un bidón y tenía las manos manchadas con grasa. Su cara pintada de blanco hacía resaltar una nariz roja y grande. Desde la ventana de un auto un niño lo vio pasar. Esa noche no pudo dormir. Se quedó pensando qué le hacián a los payasos si llegaban tarde al circo.

Rodrigo Fernández, 23 años, Vitacura