Como es que la Conocí - Sereg Luin

Recuerdo esa mañana de verano, estaba agotado y hambriento, la noche fue extenuante pero tan exquisitamente distinta que cualquier cansancio era bien justificado. Me acuerdo que hacia donde giraba mi cabeza veía una botella vacía, un vaso dado vuelta o cientos de colillas de cigarro. Las caras como las nuestras eran muchas y me miraban como pidiendo ayuda. Salimos en busca de aire a la desolada terraza, que triste reflejaba las secuelas de cientos de personas que saltaban sobre ella hace solo minutos atrás. Teníamos deseos de ver el mar, pero un gran telón blanco nos lo impedía… Entonces le sonreí y le dije:

- ¿Por qué no caminamos? Te invito a desayunar. Estoy seguro de que algún restaurante estará abierto a esta hora.

Salimos del local y la tan anhelada brisa nos golpeó la cara, el sol de la mañana era tan acogedor que asociada con la arena nos seducían a recostarnos ahí mismo y dormir por horas. Todos los restaurantes de la playa estaban cerrados, pero no teníamos prisa y nos sentamos a esperar tranquilamente a que alguno abriera. Conversamos acerca de la inmortalidad del cangrejo y de nuestras coincidencias literarias. Reconozco que a esa altura ya me tenías fascinado, pero hasta entonces había dejado que las cosas se desenvolvieran solas. ¿Qué me quedaba por hacer? Besarte naturalmente. Entonces me acerque esperanzado de dar y recibir el beso que culminara el gran éxito vivido. ¿Y tú que hiciste? Lo que tenías que hacer… Me rechazaste el beso con una frase elegante… ¿Y yo que hice? Me aleje y con estilo te cerré el ojo mientras te decía que el restaurante había sido abierto.

Caminamos sonriendo transformando el bochorno en anécdota, nos sentamos solos en un restaurante que olía a lavanda y a poet. ¿Menú? Empanadas de camarón queso, otra presumible coincidencia. La conversación se dio el lujo de pincelar desde las más idiotas banalidades hasta las más profundas verdades… ¿Y Yo? Yo no podía quitarte los ojos de encima.

La noción del tiempo ya la había perdido hace mucho, cuando salimos del restaurante, satisfechos y relajados caminamos de la mano, como si aquel beso me hubiese sido devuelto… Tú me coqueteabas y obviamente yo me dejaba coquetear. Te pusiste delante de mí y el viento te arrojaba el pelo en la cara. Que escena más sublime, hubiese detenido el tiempo en ese momento y te hubiese besado por horas, pero no, no perdería mi beso una segunda vez.

Caminamos hasta el paradero, porque tú tenías que irte, pero yo no tenía prisa en besarte, no se por qué, quizás por experiencia o intuición, el asunto es que me di mi tiempo y me abrí a jugar el juego que tú habías propuesto… Una, Dos, Cinco… No se cuantas horas estuvimos en ese paradero ni cuantas micros vimos pasar y de pronto, en un momento desprevenido… Te robé un beso, ese beso usurpado que aun no te devuelvo… Y tú me miraste sorprendida para luego sonreír… Y yo me acerque a tu boca y tú te acercaste a la mía y en ese instante fui yo el que no te beso… Me alejé dejándote ahí, deseando el beso que ahora yo decidiría cuando dar… y te cante esta canción…la que hasta ahora sigue siendo nuestra canción




Y después de todos los juegos, de todas las bromas y todas las insinuaciones, el beso rechazado, esquivado y deseado finalmente llegó y selló el pequeño pacto entre nosotros… Fue bueno ese Año Nuevo… y eso que no hablé de la fiesta, en donde ella era barwoman y yo parte de la organización… Ya van varios meses juntos y lo bueno es que entre nosotros, cada día supera al anterior y obviamente este Año Nuevo próximo, lejos, será mejor.


0 TODO ES OPINION!!!! ZONA DE COMENTARIOS:

Related Posts with Thumbnails